Con pan y vino se anda el camino

Una entrada sin receta, solo experiencias relacionadas con dos productos de la Tierra.

El fin de semana pasado hice mi primer pan con masa madre natural, hasta ahora solo había hecho pan con levadura, pita (salió rico) e injera (un pan plano etiope que acabó en la basura); y aunque la masa madre ejercía sobre mí un poder de atracción muy fuerte, me podía el miedo. Dicen que hacer pan es fácil y solo cuestión de tener paciencia, yo no estoy del todo de acuerdo, creo que hay un aprendizaje fascinante hasta poder dominar la masa madre y cogerle los tiempos al proceso. Me encanta el olor de la masa fermentada, estoy deseando que este pan lleno de agujeros se acabe para poder empezar a preparar el siguiente.

La semana pasada aprendí que del mismo tipo de uva se pueden sacar vinos muy diferentes y a solo unos pocos kilómetros de distancia entre unos y otros.  Gastrónomos del Ebro organizó una cata para bloggers en la feria Qualimen, las bodegas nos enviaron a los participantes los vinos, y a la hora convenida asistimos via streaming a una sesión de cata en la que aprendimos sobre vinos aragoneses. El catador que dirigía la sesión nos fue desgranando cada uno de los vinos, y resolviendo las dudas que en el chat le íbamos planteando. Cada vez me interesan más las denominaciones de origen menos conocidas.

La primera foto es de una excursión que hicimos en noviembre a Alcalá de los panaderos (Alcalá de Guadaira, Sevilla), una localidad con gran tradición panadera donde visitamos los antíguos molinos a orillas del río, y un par de obradores. Tengo ganas de volver cuando abran el Museo del Pan que están montando. La última foto son unos viñedos en Napa Valley en septiembre.

Con pan y vino se anda el camino.

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