Este año he vuelto a hacer roscón, lo había hecho hace un par de años con la receta de webosfritos y me había quedado muy rico pero demasiado denso (culpa mía, no seguí del todo bien la receta). El de este año, con la receta de robinfood, me ha quedado mucho mejor (tampoco seguí la receta al pie de la letra, le hice caso a Ibán y aumenté la hidratación).
Inevitablemente estos días todo el mundo ha hablado de roscón (lo haya hecho o no), y no solo en blogs, twitter, instagram, etc. Mis amigos del alma y yo tenemos un divertidísimo grupo de whatsapp (cada uno vive en un sitio y nos vemos poco) en el que compartimos de todo. En 5 de las 9 casas se ha comido roscón, aunque solo David y yo hemos hecho el nuestro propio y los demás lo han comprado (a Bárbara la perdonamos porque se puso de parto la mañana de Reyes y tuvo el bebé en casa esperando la ambulancia). Para el año que viene hemos quedado en hacer entre todos un concurso (presencial) de roscón… Estooooo, bueno, ya veremos 🙂
En casa de mis padres además hubo otro roscón, uno que con muy buena intención le regalaron a mi madre. Estaba dulce, blandito y esponjoso, pero no sabía a roscón e iba relleno de una crema blanca que no era nata.
¿Seguiremos hablando tanto de roscón el año que viene?
